*El edificio construido durante los primeros años del siglo XX, ubicado en pleno corazón del Centro Histórico de la ciudad de Puebla, ha sido escenario de filmaciones y encuentros políticos y sociales que lo convierten en toda una tradición poblana
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- Durante un siglo, el Royalty ha sido un lugar de encuentro para los poblanos y un sitio en el que pueden hospedarse o comer visitantes de otros lugares.
Su historia se remonta en los primeros años del siglo XX cuando era un mentidero, un café llamado Giacopello propiedad de Miguel Rojas, bajo el mítico Portal Hidalgo. En este punto solían reunirse un grupo de poblanos como Rafael Lara Grajales, Agustín Fernández Aguirre y Francisco de Velasco.
Antes de ser un hotel, el Royalty fue un restaurante fundado en 1922 junto a otros comercios como un restaurante llamado Selecty, Los Precios Bajos y La Nueva España.
En 1942, dos décadas después Don Manuel Hill, originario de Cataluña, compró el restaurante Royalty. Él llegó a Puebla cuando tenía 15 años y se casó con Martha Bochelen, hija de ciudadanos franceses.
En 1943 abrieron las puertas del hotel, conservando en la parte de abajo el restaurante que rentaban a un español de “mal genio”, según testimonios consignados por cronistas.
En los años 50 una pareja se hizo cargo del restaurante, el cual se convirtió en el lugar favorito de los poblanos.
En 1962 Doña Martha aprovechó que su hijo se hizo cargo para introducir algunas de sus recetas favoritas, entre ellas un flan de almendras, un postre que se volvió clásico hasta que se eliminó de la carta por el costo de sus ingredientes.
Es tal la popularidad de este lugar que en la filmación de la película Enamorada en la que actuó María Félix, la actriz mexicana se hospedó en una de sus habitaciones, así como Ernesto Alonso y varios actores más que presentaban espectáculos en el teatro principal.
Ha sido parte de la historia política de los poblanos, pues diversos personajes que han aspirado a algún cargo o que quieren exponer alguna situación relacionada con cargos públicos ha utilizado de escenario las puertas de este hotel para orearse.
En el interior del hotel Royalty ha sido testigo de encuentros entre políticos que se reúnen para pactar o cerrar algún trato, para hacerse ver por la prensa o simplemente una entrevista.
Antes de la era digital era común ver en los portales en las mesas del restaurante a los hombres de negocios leyendo los diarios de la época, mientras compartían un café o el desayuno.